Relato de Campamento. Espinosa de los Monteros 2014
Cuando escribes en un blog lo haces de forma muy esquemática. Sin embargo, cuando lo relees te dices a ti mismo que hubiese sido mejor poner esto o quitar aquello. Hoy, con algo de tiempo después de la vuelta, mientras subía las fotos de campamento, miraba al blanco de la pantalla para ver como empezaba y eché un vistazo inconsciente a la biblioteca del salón. Vi de soslayo un libro de viajes, de aquellos de explorador del siglo XIX, en el que el autor escribía a modo de diario a su alejadísima mujer. Siempre empezaba como las cartas de los abuelos, "...al recibo de la presente me encuentro bien de salud, sané de los humores de las fiebres....". Escribir de este modo es difícil de imitar, y relatar el campamento de esta forma puede ser complicado, pero si algo es evidente en la lectura de aquel libro es que desborda sentimiento.
Esa mezcla entre lo vivido intensamente, lo sufrido y disfrutado, risas y sonrisas, silencios, aire, agua resonando entre rocas y alisos, los chicos y chicas moviéndose alegres en medio del bosque viejo de robles. Reconozco, sin excusas, que personalmente he disfrutado enormemente. Las jornadas han sido largas e intensas, aprovechando el tiempo, siempre aprendiendo, descubrimos la vida infinita, belleza ilimitada de la naturaleza. Veía venir corriendo a los Lobatos después de una salida, convertida en aventura, describir en grupo alborozados,cómo un burro corrió hacía ellos, o mostrándome a gritos una piedra de formas especialmente raras, guardar en un recipiente alevines de pez con mirada de científico. Atropellando las palabras mientras reían con grandes risotadas y aspavientos, destilan inocencia y felicidad.
O los troperos, que descubren que si se lo proponen son fuertes, duros, valientes, solidarios, alegres, incansables, admirables. Los observo con detenimiento en un descanso en Bárcenas, sentados juntos charlando, aprovechando unos poyos de piedra a la sombra de viejas y altivas casas de escudo en piedra y abolengo bajo el alero. Buscando adivinar en sus claras miradas su futuro. Sonrío, porque veo en ellos la madera con la que se construyen las recias quillas de esbeltos barcos, la primigenia piedra suprema sobre la que se alzan los grandes puentes, veo con confianza la huella del cincel certero de sus padres esculpiendo su educación, para ir dejando pulido y sublime la cara perlada del mármol de su alma.
Este ha sido un campamento excepcional, los son todos, pero este deja profunda huella, por lo familiar, por sentirnos hermanados, cercanía, por sentirnos cada vez más scouts, por compartir todo, por pensar en nuestros compañeros primero, amigos, y saludarnos de mañana con un agradable buenos días.
Los niños, protagonistas, os contarán a su manera, todo lo que han pasado. En las fotos nos veremos por un efímero instante. Y mientras miramos, reviviremos cada episodio con cierta nostalgia. Deseos nuevos de empezar otras aventuras. Llenar la mochila de los recuerdos y vivencias, que someten nuestra personalidad a la forja del tiempo sumando nuevas expectativas y sueños de un mañana mejor.
Que os cuenten, pedirles que os lo cuenten, no os lo perdáis, reid y sorprendeos, compartid algo del tiempo vivido con ellos y disfrutad, contagiaros.
Sabed que han comido suficiente (cocinar para muchos...), que la piscina está bien, pero que teníamos río, que perdimos una mañana con las obligaciones administrativas de la inspección. Que dormimos bien y poco, que nos emocionamos mucho, muchísimo, en las promesas. Que nos reímos al vernos vestidos de algo parecido a Harry Poter, en mi caso a la abuela de Harry. Que intentamos dormir al raso y nos rajamos cuando nos mojamos la cara con la lluvia que caiga con gotas gordas.El sueño nos pilló escuchando, sondeando entre el susurro de la lluvia, al búho real ululando a dos palmos de la tienda.
Esto lo tengo que escribir como aquellos antiguos exploradores de sarakof y pantalón corto, cartera de piel y diario.
Un saludo muy scout, disfrutad de un verano genial, que lo importante que no se vive se pierde por el sumidero de las oportunidades. Doy gracias a Dios por permitirme servir, serviros, servirles,... servirle.
Fotos del Campamento AQUÍ
