Cuando escribes en un blog lo haces de forma muy esquemática. Sin embargo, cuando lo relees te dices a ti mismo que hubiese sido mejor poner esto o quitar aquello. Hoy, con algo de tiempo después de la vuelta, mientras subía las fotos de campamento, miraba al blanco de la pantalla para ver como empezaba y eché un vistazo inconsciente a la biblioteca del salón. Vi de soslayo un libro de viajes, de aquellos de explorador del siglo XIX, en el que el autor escribía a modo de diario a su alejadísima mujer. Siempre empezaba como las cartas de los abuelos, "... al recibo de la presente me encuentro bien de salud, sané de los humores de las fiebres ....". Escribir de este modo es difícil de imitar, y relatar el campamento de esta forma puede ser complicado, pero si algo es evidente en la lectura de aquel libro es que desborda sentimiento. Esa mezcla entre lo vivido intensamente, lo sufrido y disfrutado, risas y sonrisas, silencios, aire, agua resonando entre rocas y alisos,